Seguros hipotecarios para la inversión de tu departamento



Adquirir casa o departamento es una de las inversiones más importantes que podamos hacer en la vida, y salvo muy pocas excepciones, casi nadie adquiere una propiedad en un solo pago y emisión. Usualmente, el mercado inmobiliario tiene que echar mano de un financiamiento previo, préstamos o créditos hipotecarios. 


Teniendo en cuenta que es este último instrumento el más recurrente, habría que apuntar también que los montos y mecanismos para que se den siempre se encuentran asociados a riesgos latentes para quien lo proporciona. ¿Cuáles? Imagina que alguien te presta una cantidad estimable para adquirir tu casa y tú te quedas sin empleo, pierdes tu propiedad o ésta sufre daños (como pasó en el pasado sismo de 2017). En este sentido habría que decir que quien te presta ese dinero corre un riesgo muy alto de que tú como persona que adquiere dicho crédito caigas en impago. Es aquí donde surge el seguro hipotecario. 


Las eventualidades existen y siempre están latentes, es por ello que las instituciones bancarias o financieras que te brindan un crédito se amparan en los seguros hipotecarios para cubrirse de estos. Usualmente es una condición obligada para que califiques al crédito, y su figura usual es de daños o de vida. 


El escenario más recurrente y avalado por la Condusef indica que cuando contrates un crédito hipotecario, éste siempre vendrá atado a uno de daños. En este caso es vital que solicites un documento en donde se estipulan todas y cada una de las cláusulas, condiciones generales y la cobertura de acuerdo al contrato.


Asimismo deberás revisar muy bien el valor de dicha cobertura del seguro, la cual debe ser el valor comercial del inmueble, sin terreno ni cimientos. Cerciórate también de verificar el número de registro del contrato de adhesión de seguros e identifica todas las coberturas y exclusiones expuestas en el mismo.


Por su parte, el seguro de vida ligado a tu crédito hipotecario engloba una cobertura que paga la suma asegurada al beneficiario, en este caso el banco o la institución financiera que te otorga el crédito, en dado caso que el solicitante llegue a fallecer. En muchos de estos casos también se incluyen coberturas de responsabilidad civil y desempleo. Es importante que de igual forma solicites el contrato de la póliza, revises las condiciones y sumas, así como las obligaciones y verificación de validez contractual para que no haya sorpresa alguna. 


Toma en cuenta que pese a estar estipulado como una obligación de la empresa o entidad que te brinda el crédito, estos seguros no son distintos a cualquier otro seguro, como el de vida o el de auto, en donde intervienen aseguradoras de por medio. Éstas aseguran que el pago de la totalidad de lo prestado sea pagado en su totalidad. 


¿Y a tu casa quién la asegura?


Los seguros asociados a tu crédito hipotecario nunca deben confundirse con un seguro directo de casa, ya que a través de estos el protegido serás tú y tu casa, no la institución que te presta el dinero para adquirirla. Y mejor aún: en caso de siniestro, estos seguros también pueden cubrir lo que está en el interior de tu vivienda. Suelen cubrir tanto la construcción en sí como la ropa, joyas, muebles u otros objetos de valor. 


Ahora bien, si hasta este punto consideras que un crédito hipotecario más el seguro asociado, más uno adicional por daños es una deuda considerable, toma en cuenta lo siguiente: De acuerdo con los especialistas, y si bien se piensa que el costo de asegurar una casa es  elevado, este puede ser incluso menor al de asegurar un coche, tanto en precio como en porcentaje. Por ejemplo, si un auto de 300 mil pesos te cuesta cerca del 10% asegurarlo, te va a costar el 10% de tu casa de 3 millones de pesos. Pero al hacer el ejercicio, la comparación es totalmente distinta, ya que el seguro directo de una casa cuesta más o menos el 0.05% del valor, por lo que los beneficios son claros.


Toma en cuenta que conforme vas pagando tu casa, ésta se encuentra mucho más vulnerable si no cuenta con un seguro, ya que la responsabilidad de esta va depositándose sobre ti conforme la vas haciendo más “tuya”. Las recientes crisis y los percances naturales han dejado a las personas sin casa y con la deuda de la misma por no contar con un seguro de hogar directo. 


Lo anterior lo podrías ver de la siguiente manera: Si vas en el año cinco de 10, digamos, sólo está asegurado el 50% de tu casa, cuando vas en el año ocho sólo el 20%, y cuando por fin tu casa es tuya, ésta ya no está asegurada. Tómalo en cuenta. 


Para muchos, no tener esta solvencia cubierta de forma inmediata podría generar algunos temores o indecisiones, pero nada más alejado de la realidad, en tanto todo es para prevenir la inversión más importante de tu vida. Es por ello que acercarte a ofertas modernas, convenientes es vital, porque es la visión a largo plazo con opciones de calidad, las que vendrán a hacer valer tus esfuerzos financieros. Acércate a ellos, que tienen un plan completamente diseñado para ti.