¿Seguirás haciendo “home office”? Es momento de crear en casa



Tras el prolongamiento del confinamiento y el subsecuente cierre de espacios en donde la aglomeración de más de diez personas es inminente, el home office vino a plantearnos ciertos desafíos: las espaldas comienzan a doler, los viejos horarios se han desdibujado y el trabajo debe continuar. Y muchos de nosotros no teníamos el mobiliario adecuado en casa, nuestros espacios de convivencia han tendido a mezclarse y el estrés, los descontentos, así como la falta de concentración han incidido notablemente en la armonía de nuestras casas.   

Si bien este desafío es inmediato y considerable (aún no sabemos cuánto tiempo más permanecerá el home office), lo cierto es que esto es completamente manejable, aunque debes tomar en cuenta la flexibilidad y la paciencia son esenciales para conciliar entre tus intenciones y las posibilidades reales de acondicionamiento del espacio. 


Lo primero que hay que solventar es evitar los ruidos en la medida de lo posible. Concentración, armonía y productividad creativa es imposible si hay ruidos distractores que te interrumpan, molesten o te pongan nervioso.   


Procura una iluminación pertinente y suficiente, procurando luz natural el mayor tiempo posible del día, para así no depender horas extra de luz eléctrica. Busca las más eficientes y los ángulos que no cansen tu vista. 


Un escritorio y una silla que no impliquen una molestia superior son vitales. Es importante procurar una buena postura y el menor daño a tu columna. Recuerda pararte cada hora y hacer flexiones, procurando una buena circulación sanguínea y un mejor rendimiento frente a la computadora o en el escritorio. 


Personalízalo, ponle motivos alegres y que te hagan sentir el espacio como completamente tuyo, esto ayudará al disfrute, la concentración y una fluidez armónica con el tiempo que pasas ahí. Toma en cuenta los colores, ya que éstos tienen un efecto importante sobre nuestro estado de ánimo y la función cerebral. No desestimes escoger los más adecuados. No olvides las plantas, las fotos y las pelotas antiestrés que te animen a levantarte cada tanto. 


Procura que una correcta redistribución de tu casa debe atender a la flexibilidad de tener un lugar propio y adecuado para trabajar. Elegir el departamento ideal para conseguirlo es un muy buen comienzo. Trabajar en casa no tiene por qué implicar traer a tus espacios íntimos la incomodidad y el estrés. Por el contrario, el home office y la adecuación correcta de nuestro espacio puede volvernos aún más creativos, productivos, y eficientes con nuestro trabajo, pero sobre todo con nosotros mismos.