Invertir: 3 proyectos para empezar desde casa



Todo mundo quiere hacer rendir su dinero al máximo, una realidad que pensamos muchas veces es exclusiva del mundo de los negocios, los especialistas financieros o los conocedores del mercado. Esto es falso. La inversión y diversificación de nuestros recursos es algo que puede comenzar desde casa, ser sencillo e incluso divertido, con resultados que nos sorprenderán. 

La inversión, tan compleja como efectiva en su buena ejecución, tiene una naturaleza sencilla y universal: una cantidad limitada de dinero que se pone a disposición de terceros, una empresa o un conjunto de acciones, con la finalidad de que dicha cantidad se incremente. Y a esto habría que añadir de que invertir suele ser una suerte de apuesta que conlleva un riesgo, en donde la correlación de “mayor inversión-mayor riesgo” no siempre es cierta y se encuentra atravesado por factores múltiples que ya veremos más adelante. 

Pero vayamos a la esencia misma de la inversión, a su corazón: hagamos rendir el dinero. Y detrás de esas ganancias millonarias de la bolsa y tiburones financieros que saben hacer mucho con poco se encuentra también gente con temple, que sabe esperar al momento correcto y que sobre todo observa. Observa y espera pacientemente, algo que se puede inculcar desde pequeños, en nuestro hogar. 

Vayamos de menos a más, con ejercicios de rendimiento de nuestro dinero, que nos servirán para toda la vida. Estos tres ejemplos son bases efectivas, poco riesgosas y que en el largo plazo nos encaminará a ser buenos inversionistas. Toma nota.

1. Intenta gratificar actividades sencillas y destinar un porcentaje de “su ganancia” a un fin. Esto suena a algo muy obvio y sencillo, pero es la base de todo. Si los más pequeños saben cómo se gana el dinero, de dónde viene y en qué se gasta y destina, le será más fácil dimensionarlo, valorarlo y plantearse metas. Tal vez te ayudó a limpiar el auto, esta gratificación se va un 70% para lo que él o ella prefiera, y el resto para un juguete a largo plazo, un videojuego o algún regalo para alguien. 

Esto, más allá del dinero temprano en sí, les inculca valores importantes que los encaminará hacia una administración real y un uso estratégico de los recursos. 

Parece mentira, pero buena parte de la población no tiene estos pilares y llega a una edad adulta o productiva sin conocer los beneficios de “guardar un poco para los días difíciles”. Invertir sin tener estas bases es fracaso seguro. 

2. Practica ahorros hormiga y muéstrale que hay distintas formas de hacerlo. No hay buen inversionista si detrás no se forja un ahorrador nato. El ahorro es el arte de la paciencia y la recompensa a mayor escala. Poco a poco, ese dinero que se fuga, ayúdalos a que se redireccione. Guarda un poco para viajar, etc. Incluso puedes plantear escenarios: si en vez de gastar esta moneda en tal cosa y la guardas, en tres meses tendrás para esto, en diez para esto otro. ¿Imaginas esto a diez años?, ¿qué tal si me lo prestas y dentro de un mes te lo vuelvo con un extra más por el favor?

Es importante que le vayas enseñando la diferencia entre ahorrar y atesoramiento (guardarlo en una caja, debajo del colchón) y los beneficios y riesgos de cada camino. En esta etapa es importante aprender que el dinero forma parte de un ciclo y su movimiento puede generar ganancias. 

3. Intenten con Cetes directos, son instrumentos seguros, viables y fáciles de comprender, ya que puedes abrir una cuenta de inversión con sólo cien pesos desde el portal cetesdirecto.com, metiendo tu dinero a plazos de 28 días, 3 meses, 6 meses y un año. Así, de acuerdo con el tiempo que elijas, será el porcentaje de rendimientos que recibas, misma que oscila el 8.16% anual actualmente.

Hoy más que nunca hay que encontrar métodos de que nuestro dinero rinda, se haga más y prospere más allá de lo inmediato. Verás que el esfuerzo de hoy será una recompensa y tranquilidad el día de mañana, en donde le será fácil encontrar nuevas y mejores formas de invertir.