Cena con intención: cómo pasar una Navidad inolvidable juntos



Cena con intención: cómo pasar una Navidad inolvidable juntos

Lograr la Navidad perfecta es la suma de pequeños detalles que nos unen con los que más queremos. La cena perfecta, el arreglo ideal y los mejores momentos ya están aquí. Y ante la cantidad abrumadora de opciones para transformar nuestro departamento e integrar a la familia antes, durante y posteriormente a la cena anhelada, los consejos para darle a la velada ese twist y toque personales nunca están de más.  

Para muchas personas, esta será la Navidad del reencuentro físico respecto al anterior, por lo que añadir un toque más enfocado a los adornos, los colores y las ideas lo hará todo aún más especial. Además de equilibrar el siempre recurrente color rojo, dorado, café y verde de la temporada, una de las tendencias actuales en materia de decoración nos llama a usar menos Santa Claus, renos y osos polares que de costumbre. 

En este sentido, invertir los órdenes y patrones con estilo es algo que se está usando mucho para la temporada. Árboles en tonos dorados, guirnaldas como esferas, elementos redondos y abstractos al centro de la mesa o manualidades dispersas de forma mínima en varias partes de la casa (pensemos en rodajas de naranja seca con canela preparadas y barnizadas, como elemento decorativo) o aplicaciones naturales en el baño o habitación, le dará a nuestro hogar un sentido moderno, agradable y que invita a pasar un momento de amplio disfrute. 


Asimismo, buscar una mesa con sentido es perseguir también que todos los invitados se involucren, una tarea algo compleja cuando uno es el anfitrión y tiene que coordinar atención, generaciones de distinta edad, amigos, familiares diversos e incluso vecinos invitados que pudieran sentirse extraños.

Para evitar que esto pase, lo más recomendable es contratar uno o dos meseros que se encargan de servir a los invitados, tal vez durante sólo un tiempo comida y bebidas para no romper demasiado con la calidez familiar de hogar y desahogar el tumulto de necesidades durante el momento crucial.

La luz también es un elemento importante. Persigue la intensidad adecuada para que chicos y grandes se sientan igual de confortables. La mesa y la sala, así como las áreas de convivencia tienen que invitar a la privacidad y relajación, y para ello una iluminación correcta es la llave maestra. En este sentido, las velas aromáticas sutiles son una gran opción, siempre y cuando éstas mantengan discreción y estén lejos de puntos inflamables o al alcance de los más pequeños. 

Si tienes tiempo suficiente y te gusta procurar hasta el más mínimo detalle, buscar la disposición de los asientos y la cercanía de los platillos predilectos de los invitados, esto generará un confort que invitará inevitablemente a compartir y sonreír de forma más natural. 


¿Aburrimiento Navideño? Eso es natural e inevitable en cenas grandes, especialmente con las personas menores o de la tercera edad. Sin embargo, procura que el tiempo que pasen en familia para disfrutar de la compañía de los demás sea siempre libre, a voluntad de todos y con la mejor actitud posible para invitarlos a unirse.

Ten además listas las dinámicas y juegos para compartir momentos divertidos y entrañables. Recuerda que terminar de decorar el mismo día, así como la cocina, los villancicos, las palabras en familia, el momento del brindis, contar historias o salir brevemente a caminar logrará mayor comunión e integridad entre todos, dotando la noche de afecto, cercanía y excepcionalidad. 

La Navidad es un momento para todos, y si bien la decoración y la cena son importantes, la verdadera magia se mantendrá en función del afecto y la disposición de ti y los invitados. ¡Felices fiestas!